Sí; muy doloroso.
Los grandes fracasos del Gobierno español, respaldado por el PP con mayoría absoluta, han sido maquillados por el propio partido y asumidos con buen gesto por sus responsables, como si no hubiera pasado nada.
Primer fracaso: el paro. El Gobierno no puede con este problema. Todas sus reformas económicas y laborales han valido para poco. Hay dinero, pero los inversores no lo mueven, no se fían. Entre unos y otros, entre los que pueden o no pueden, entre secesionistas y unionistas, no se dan garantías que aseguren la estabilidad política. El dinero huye y malo si no vuelve.
Segundo fracaso: el independentismo catalán. Ha cobrado tal fuerza porque el Gobierno, pese a proclamarse defensor de la ley, ha consentido en que la vulneren desde las instituciones del Estado; es el caso de la Generalitat. Cataluña es el caballo de Troya de la Nación española. Un caballo que lo hemos alimentado entre todos. También por los Gobiernos de España. Con la manifestación masiva del domingo ante las urnas - muy bien preparada por los secesionistas con el apoyo del Gobierno catalán y asumida con muy "buena educación" por nuestros gobernantes de España -, no se ha hecho otra cosa que fortalecer el movimiento soberanista catalán que ya gozaba de muy buena salud
Tercer fracaso: la ley del aborto. Es tan expresivo el paso atrás, que no merece comentario. Ha dejado en la cuneta a muchos españoles bien intencionados.
Cuarto fracaso: la corrupción, tan dramática y veraz, como para echarse a llorar desde tantos y tantos hogares que votaron al PP por suponer la ejemplaridad de todos sus dirigentes. En muchos de esos hogares, se llora de verdad. El partido del centro derecha español no puede ofrecerse como modelo. Por eso lloran y por que desde el PP dirigente, se ha contaminado el prestigio de millones de honestos votantes de sus siglas.
El primer efecto político de estos fracasos, sus consecuencias, las van a padecer más agudamente los españoles de las clases medias, ahora mismo están en desbandada. El PP se vacía solo.
El segundo efecto político, lo padecerán los catalanes españoles, sobre todo cuando gobierne la ERC, partido totalitario si los hay, que seguirá en sus trece y basará su secesionismo en el resultado de esta consulta, como primer y eficaz argumento ante propios y extraños.
El tercer efecto político, está a la vista: el nacionalismo del País Vasco no puede transigir con una situación inferior a la catalana. España se desarticulará en cascada. Les ayudará el federalismo socialista.
El cuarto de estos efectos, afectará a los Gobiernos que en España se han sucedido desde que los españoles votaron por la democracia. Gobiernos que pasarán a la historia como malabaristas de la política, pero sin grandes aspiraciones. Solo han atendido la tarea de tapar agujeros, pero nunca supieron crear país. Y lo ha hecho con tan poco acierto que, a fuerza de restañaduras, está la pieza principal para tirarla a la chatarra. No es extraño que tantos quieran irse de su verdadera patria.
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