lunes, 9 de junio de 2014

UNA SITUACIÓN COMPROMETIDA

    Mas de una vez se ha de recurrir a la memoria, cuando no a lecturas históricas, para deducir conclusiones lógicas. Uno se pregunta: ¿qué pudo hacerse  mal entonces y que se ha hecho mal ahora para que todo un país se revolucione y lleguen a tener eco popular y a ser creíbles las proposiciones más descabelladas?
    Recuerdo un slogan: "Ni un español sin pan, ni  un hogar sin lumbre". Sucedió todo  lo contrario
    Ahora han llegado a prometer la jubilación a la edad de sesenta años a todo  trabajador por  el hecho de ser español, sin exigirle otros requisitos. Cualquiera deduce  que esto solo sería posible si todos los trabajadores cotizasen durante  un mínimo de años una cantidad de euros proporcional al importe de la pensión a la que tendría derecho. Si no fuera así, las  aportaciones tendrían que hacerse con cargo  a otros fondos de los que nadie ha hecho mención. No se ha facilitado información a este respecto. Es decir, si estos políticos  triunfaran, podrían prepararse una mayoría de  españoles para recibir unas pensiones de hambre, que viene a ser lo de ahora pero corregido y aumentado.
    Cuando días pasados, en una televisión de ámbito nacional, un economista preguntó a uno de los líderes del partido  que había formulado  esta promesa, ¿de dónde piensan ustedes sacar el dinero para atender a estos pensionistas?, se encontró con esta respuesta: "Pondremos a trabajar a un grupo de economistas para que  ellos den  con la solución".
    El problema de tanto pensionista mal retribuido, tal y como está concebida esta prestación en España, tiene -aun  así-  complicada  solución, si no se resuelve  antes el pleno empleo de los trabajadores que deben cotizar. Y este pleno empleo -pese a los recortes salariales-  es hoy de difícil logro; y lo será  mucho más  si triunfara la política de los nuevos revolucionarios que anuncian ya el castigo, que dicen tiene merecido, del posible inversor. El dinero huye de las áreas no rentables y cuando esto sucede la actividad económica se paraliza y aumenta el paro. Pasa aquí, en  la China, en  Cuba, en Bolivia, etc.
   Estos proyectos terminan  casi siempre repartiendo pobreza. Y no es que no hayan de hacerse reformas. Han de emprenderse y a no tardar; pero no  las anunciadas esta primavera.
   

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