domingo, 8 de junio de 2014

EL COSTE DE UN REFERÉNDUM.

    El referéndum de la OTAN le costó al Gobierno del PSOE cuarenta y ocho millones de euros. (Se pagó en pesetas y se ha deducido su importe en euros, al valor del cambio en su día establecido).
    Es de suponer que, a estas alturas, el presupuesto de un referéndum  habrá aumentado en un porcentaje que, a  bote pronto, no hay forma de calcularlo con acierto.
    Para afrontar el pago de aquellos gastos (referéndum de la OTAN) el PSOE se embarcó en un tingladete financiero llamado FILESA, que tan triste final tuvo para algunos políticos.
   El caso es que en España tenemos tantas goteras arruinando el edificio principal, que resulta absurdo entretenerse ahora en un referéndum sobre monarquía o república. Son ganas de tirar el dinero por la ventana, teniendo como tenemos -por ejemplo-  tantos niños que se van a quedar  en ayunas todo  un verano, al cerrarse los comedores escolares, único medio de sustento que hoy por hoy les asiste. Podía con ese dinero mitigarse esta desgracia.
    A todos esos aventureros de la política que jamás se detienen a pensar en la pobreza de millones de españoles, habría que ponerles un gravamen, por  adelantado, equivalente a la parte alícuota del coste de sus propuestas.
   ¡Qué fácil es tirar cañonazos con la pólvora costeada por el sufrido contribuyente!
   




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