miércoles, 18 de junio de 2014

LA SOLUCIÓN POSTNACIONAL

   Acabo de oír al Sr. Madina, aspirante a la  Secretaría General del PSOE, una enrevesada explicación sobre cómo aplacar los efectos del problema territorial, en el que nos hemos metido todos porque, como buenos españoles, apreciamos el gusto que dimana de andar a la greña por causas que dentro de un siglo se las habrá llevado el viento.  ¿Quién se liaría hoy a montar una guerra como la de los carlistas contra los liberales?
   La solución del Sr. Madina ya tiene nombre: solución postnacional. Resulta que está inventando algo  ya  en marcha, como es la Unión Europea. Al fin y al cabo, se trata de superar los factores negativos de un nacionalismo exacerbado, es decir de un nacionalismo que irrita y lleva a conflictos violentos.
   Es algo que rechazan de plano los nacionalismos regionales de España, como también reniegan, lógicamente,  del federalismo, porque para federarse hay que tener constituido, antes, un Estado independiente; y lo que se propone es dar al burro la cebada por el rabo.
   Uno no ve más solución que la que aplicaría un Estado serio capaz de aglutinar bajo un mismo poder a pueblos diferentes,  tal que los EE.UU.  Esta solución no tiene más que una dificultad: que previamente ha de estar constituido el Estado serio. Y en España de seriedad de la buena -no  la derivada de la mala leche, que nos sobra-  no tenemos ni repajolera idea.
  Por eso la solución, al final, nos llegará  de Europa. Como dice el socialista ilustrado aludido, una solución postnacional.

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