La selección española de fútbol ha vuelto a tropezar en la misma piedra. No es que el adversario juegue más o menos bien, sino que los españoles no son ni sombra de lo que fueron. En fin, una lección impartida en dos partidos, o sea en dos clases. Hay que asumir los hechos y como esto sólo es posible por medio de la verdad y la verdad irrita, no suele ser del agrado de las masas futboleras. La verdad: la burbuja del fútbol español se deshincha. Ahora hay que buscar culpables. ¿No estarán en las filas de Rajoy?
Desde mi perspectiva -la de un viejo de pueblo pequeño pero escarmentado- esto nos viene de perlas. Hay que mirar hacia otros horizontes y darle al espectáculo deportivo la importancia que realmente se merece. Otro tanto diría de ciertos debates en los que se encastillan muchos españoles. ¿República? ¿Monarquía? ¡Qué más da! Lo importante es, sea lo que sea, que funcione bien.
Don José Ortega y Gasset, toda una eminencia, apostó por la República y antes de que pasaran dos meses, luego de proclamada, tuvo la nobleza de reconocer por escrito: "No es esto. No es esto".
No confíe en las instituciones, ni en las selecciones de fútbol. Ni en las doctrinas que predican. Mire a los hombres que las integran. De ellos depende todo; dependemos todos.
Aunque cueste entenderlo.
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