lunes, 30 de junio de 2014

MADINA Y EL RELEVO GENERACIONAL

    Verán ustedes: los políticos tienden a suplir con un lema verbal  la solución de los problemas que padece un pueblo. Lo malo es que, en nuestro caso,  la experiencia van a sufrirla los españoles,  un país al que algunos llaman Estado avergonzados de ser de España .
     Esto se arregla, nos dice el Sr. Madina lleno de fe, con un "relevo generacional".  Así de sencillo.
     Hace unos años, el  Sr. Rodríguez Zapatero, no hizo otra cosa: se instituyó de hecho en el número uno de un relevo generacional que dejó a España más hundida de lo que ya estaba. ¿O no?
     Pensar en el relevo generacional como algo imprevisible es,  además, (lo digo con todo el respeto que se merecen los políticos) una simpleza, porque este relevo, quiérase o no, llega solo. No hay por qué forzar la máquina.
    Es una simpleza, como lo sería decir que para acabar con el paro lo mejor sería que España se convirtiera en una sociedad anónima. Comprenderán que las sociedades anónimas funcionan, o no, según sean los dirigentes que la gobiernen y  más o  menos experto el personal que allí trabaje.
    Para que España cambie hacen falta menos gobiernos, menor carga pública, menores trabas de las que frenan las iniciativas emprendedoras y cosas así. Es decir, España funcionará  bien, cuando sus  Gobiernos consigan  que funcionen una mayoría de españoles. Y a los socialistas, con relevo generacional o sin él, no se les ve animados a dejar de ser intervencionistas a todo trapo; así ponen un freno a quienes podrían ser sus mejores colaboradores.
    Y eso tiene un precio. ¿Quién lo paga? Los españoles del montón. ¿O no?

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