sábado, 3 de mayo de 2014
PARÉNTESIS DE AGRADECIMIENTO.
Mi pueblo natal, Espejo (Álava), es una pequeña localidad, ordenada, alegre. y cargada de historia. Apenas si se da importancia. Está en un valle, Valdegovía, uno más entre los que forman la cuna del castellano hablado. Porque el castellano, digan lo que quieran ciertos eruditos que arriman el ascua a una determinada sardina, se empezó a hablar en Castilla y Valdegovía fue Castilla hasta que sus habitantes pidieron integrarse en Álava, cuando este territorio de ser una behetría de mar a mar paso a ser condado y, más tarde, una de las provincias vascongadas, antes de que el resto de España se organizará bajo un régimen provincial.
Aparte historias, ayer me dieron la oportunidad de presentar en mi pueblo, un librito de cuentos "Al aire libre", del que soy autor, cuyo escenario es básicamente el mundo rural alavés.
Quiero hacer constar que nunca soñé con ser recibido con tanta cordialidad y afecto como me demostraron los asistentes al acto y sus colaboradores directos, Juan Carlos Abascal, presentador, Juan Carlos Ramírez Escudero, Alcalde de Valdegovía, y Jaime Gómez Oraá, Alcalde de Espejo, a los que desde aquí, como a todos los que me rodearon, quiero agradecer su actitud amable y cooperadora. Y debo añadir una especial mención para Aitor Cuesta López, que confiesa ser un "chico con Síndrome de Down" que tuvo la amabilidad de dedicarme un librito de poesía suyo, "Una virtud dentro de un baúl". Fue un gesto enternecedor al que no sé cómo corresponder. Por lo menos que cuente con mi más fuerte abrazo.
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