Pergeño estas líneas haciendo volar mis dedos sobre el teclado, antes de ir a votar en estas elecciones parlamentarias europeas. ¿Pero a quién dar el voto después de haber visto y oído tanta necedad a los candidatos más significativos de los partidos mayoritarios? (Necedad, en el sentido de terquedad y porfía en lo que hacen o dicen tales candidatos, y no en el de acepciones más negativas que no vienen al caso. ¿O sí?).
Voy a votar a los que están en el poder, siguiendo el consejo de aquella paisana de los Ancares, pobre pero escarmentada, lejos del mundanal ruido, que respondía sin dudarlo a un periodista osado: "¿A quién voy a votar? Digo yo que a los que mandan. ¿Por qué? Porque, también le digo yo, que ya se habrán llevado todo lo que podían llevarse. Y que si vinieren otros nuevos, ¡a saber! Vuelta a empezar y España no está, para estos trotes."
Cuenta San Mateo que Jesús iba, seguido de sus discípulos, predicando y enseñando. ¡Hermosa tarea esta de enseñar!. Y alguien preguntó, ¿Qué hacer Maestro, cuando nuestros adversarios son tantos y tan versados que nos ponen en riesgo de perder la fe?
Y Jesús, no lo dudó: "Sed cautelosos como la serpiente e inocentes como la paloma".
!Qué bueno si Arriola (consejero áulico de los mandamases del PP), le hubiera imbuido tan excelsa doctrina al número uno de su lista en estos comicios! Ahora estaría echando un sueño, y no preocupado con unos resultados que el solito se los ha puesto difíciles. Esta derechona no aprende ni poniéndola al rojo vivo. ¡Ya es desgracia!
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