El informe PISA es una evaluación del conocimiento al que se someten estudiantes de l5 años, pertenecientes a países de la OCDE y de algunos otros agregados.
En estas evaluaciones los españoles de ambos sexos, vienen ocupando una parte del que podríamos llamar pelotón de los torpes. Pasan los años y aquí nada se mueve. Venimos estando, más o menos, donde estábamos.
Es raro, a la par que indiciario y alarmante, que el cuerpo de docentes de España, tan sensible ante cualquier tema que afecta a la enseñanza, haya sosegado sus redaños (fuerzas, bríos, valor) frente a estas evaluaciones que los deja en muy mal lugar. A no ser que les afecte el síndrome del paleto, muy valiente con los de casa (aunque sean ministros) y arrugaditos ante los de fuera , sin mirar siquiera si son una fiel copia del maestro Ciruela.
Aquí algo pasa y este algo es un misterio. Para empezar nunca en España hubo tantos becados y con menos méritos que en los tiempos actuales. Ni nunca tantos profesores tan bien pagados como en la actualidad. Ni tampoco menos número de alumnos por clase. Ni siquiera tantos libros ni tan ilustrados, tanto material gráfico, tanta ayuda exterior, viajes, bibliotecas, facilidad para las comunicaciones, apoyo de internet, etc., etc., ni tantos centros de enseñanza.
Yo creo que los de PISA están equivocados, a no ser que, con mala intención, estén creando una leyenda negra con la que desprestigiarnos a los españoles y situarnos ante los demás como los malos de la película.
Los docentes y los discentes tienen que salir a la calle a protestar contra tanta injusticia. ¡Ya va siendo hora!
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