lunes, 5 de mayo de 2014

LA LÓGICA HIGIÉNICA

  Comprendo que mis puntos de vista choquen de frente con los emitidos por los expertos en economía. Acabo de oír a un periodista -de estos que saben de todo- que sería muy conveniente para España que aumente el consumo. Se refería  al consumo de estos españoles que huyen en desbandada hacia el mar, como si en sus lugares de origen careciesen de encantos en los que recrearse sin gastar un euro.
  Por supuesto soy amigo de la libertad y creo que cada cual es muy dueño de suicidarse a su manera. Pero también soy amigo de la moderación  y siempre he tenido presente aquel consejo de mi madre cuando me daba la paga de los domingos: "Toma -me decía- esto es un duro. Debes llevarlo por si te surge una necesidad. En caso contrario, y por razones de higiene, te aconsejo que no gastes mas de una peseta". Fiel cumplidor, devolvía cuatro pesetas a mi progenitora. Esta recomendación me inducía a ser moderado en el gasto y siempre me fue bien.
   Puedo estar equivocado, pero este atavismo aldeano -que rompe al parecer todos los moldes de la buena gestión económica- me ha llevado  a esta conclusión: si el número de ricos obliga a que cada vez haya más pobres, prefiero  serlo como los de mi pueblo que tenían escuela para moderar el gasto; a cualquiera  de los menesterosos de las grandes urbes se  les suele acostumbrar  a consumir sin tasa cuando hay de dónde. Al final, pueden llegar a no tener  un techo donde cobijarse.
   Con el consumo no se juega. Eso sí: por razones de higiene.

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