miércoles, 18 de marzo de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (31)

     Cada día que pasa, en tiempos de crisis,  surgen proyectos de futuro con soluciones diversas. Soluciones que nos conducen a no perder la esperanza, a ser optimistas. Me apunto muchas veces a este fácil desarrollo del futuro,  pero durante la noche, en las horas de insomnio, brotan las dudas.
     Nuestros gobernantes se han propuesto reunir doscientos mil millones de euros, para activar un conjunto de proyectos con los que satisfacer las necesidades de una mayoría de españoles. Se pondrá  en juego un abanico de iniciativas y se activaran numerosos remedios para las clases mas necesitadas.
     No quiero ser pesimista. Pero ante soluciones expuestas a los cuatro vientos por los partidos dominantes en el reino de España y después de ver como machacan uvas en otras latitudes, uno se siente obligado a dudar. Y concluye: cuando una familia ha vivido  sacrificios ineludibles para salir de la pobreza y comer caliente, sabe lo que cuesta subir y lo fácil que es bajar.
      Llegados a ciertos extremos, los que viven la calle y en la calle, tiene dos caminos para no caer de bruces: uno es la reducir el gasto y vivir una austeridad programada; el otro consiste en romper prejuicios para trajinar -según se decía en tiempos de la posguerra-, con las artes del "estraperlo".
      Estamos viviendo horas determinantes.Van a cambiar las costumbres de forma lenta, pero segura.Y no lo olviden: los mejor armados para vencer en este trance, -cuando más pregonan los políticos la igualdad- son los que dominan el nuevo lenguaje desigual utilizado por los partidarios de la "globalización" inevitable; son los auténticos dirigentes de las movidas ya en marcha.
      ¿Y cómo eludir la acometida?
      Es para pensárselo.

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