domingo, 8 de marzo de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (22)

       Mi encuentro con un viejo amigo es para mi sorprendente. Se toma la confianza de chincharme. "¿Tú que harías para constituir un partido político centrista en las Vascongadas?". Le respondo: "Me pides un imposible: mi edad no me lo permite". Y no se contenta: "No te pido -insiste- que hagas nada. Es un supuesto: ¿qué harías...?".
       Borrón y cuenta nueva y siento en mis entrañas un mar de dudas.
       Paso a darle una satisfacción a mi vieja amistad: "Es muy difícil dar en el clavo para convencer a un centrista. El votante de este signo, atemperado y pacífico, no tiene puesta su fe en la política. Lo suyo es más práctico. Cada uno se las arregla como puede y hace camino al andar a su manera".
       "Es decir -persiste el amiguete- que los centristas auténticos no necesitan políticos..."
       Y le respondo: "Solo he dicho que no se fían". Y añado: "Jesús el Nazareno, con su divina gracia, tuvo que empezar con doce apóstoles y uno de ellos resultó ser traidor. Todo para implantar una fe. Si encuentras tu seis personas  con buena disposición para hablar de una política centrada y constructiva, vienes y me lo cuentas".
       Ser político y centrista en línea de honradez no se paga con dinero ni con estatuas a caballo o con el nombre de una calle. Al entregado a los demás lo suelen olvidar,  si es que no lo derriban antes.
      "No obstante te voy a dar materia -le digo al viejo amigo-. "Los tres territorios forales -Álava, Vizcaya y Guipúzcoa son dignos de un estudio a fondo: no han perdido  su régimen competencial ni las posibilidades de rehacer y revivir su autonomía para mejorar el medio ambiente, para darle vida y crear cierto bienestar".
      "Para mejorar lo que tenemos, sería necesario actuar en tres sectores: el laboral (que comprende la revisión de salarios, reservas y pensiones mediante la creación de puestos de trabajo  solidarios y la supresión de costumbres obsoletas); el territorial (que abarca el estudio y el uso de los medios necesarios para modernizar la evolución de pueblos, villas y ciudades  y defenderse así de los efectos negativos globalizadores); y el educacional (que exige dar un giro desde la raíz  de la educación actual, para -entre otras medidas- motivar nuevos usos y costumbres e inducir a las clases medias a que promuevan la higiene y el hábito de valerse, entre otros medios, de una medicina preventiva)".
       Claro está: una trayectoria expuesta en cuatro párrafos, no se improvisa. Así que, si quieres aprender, otra vez será.

   


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