jueves, 12 de marzo de 2020

SIN MIEDO A LA VERDAD (26)

      La verdad nos dice que la presencia en Europa de la plaga identificable como "coronavirus", llegada a gran velocidad desde China, es tan moderna como poco conocida entre los políticos progresistas de turno que tanto presumen de adelantados y vivales. Están -última moda a costillas- hartos de dogmatizar a cuenta del progreso que huele a viejo y de olvidar la "Globalización" impune. ¡Chúpate esa que está doblada!
     Quiero  decir -e insisto en ello para evitar interpretaciones dudosas- que el progreso de nuestros días avanza a gran velocidad y  el vehículo en marcha del que se sirven los expertos en la materia tiene sus secretos y está en manos de muy pocos. Mal asunto y peor si son españoles los que presumen de lo contrario, o sea de listos que no la huelen.
      Un bicho impalpable, invisible e inaudible, ha viajado con la rapidez de una onda electro-magnética desde Asia a Europa y -según parece- ha pillado a los progresistas de turno preparando su futuro con ideas reformistas de siglos atrás.  Y ahí es donde se contradicen: lo primero que han hecho los políticos, con mando en plaza, es cerrar las escuelas, sin tener en cuenta que, tanto los jóvenes como los niños de ambos sexos, son los que mejor resisten la capea. Aquí y ahora los que podemos cambiar de barrio  somos los viejos; una carga que desaparece  -y eso lo saben hasta los chinos- y libera la tesorería patria de un imposible.
      La verdad por delante sin que esto espante, que decía el cura de mi pueblo en el sermón de los domingos: hay que empezar a progresar venciendo los inconvenientes de la velocidad. Hay que hacerlo  aprovechando sus ventajas.
      Al fin y al cabo estamos experimentando el "Teletrabajo" y "La Escuela a Domicilio".

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