jueves, 16 de agosto de 2018

LA CUEVA DE DON TOMÁS

   El colegio de pago, puesto bajo la advocación de Santa María (Marianistas) tuvo que llamarse Minerva porque la II República se cargó toda enseñanza que oliera a  incienso. A mi entender de entonces , el de un mozalbete de once años, todo funcionaba en el "cole" a la española menos la "Cueva de don Tomás" que se distinguía por el entusiasmo arábigo de su regente a la hora de vender, y por una puntualidad judaica cuando había que cobrar; todo, para desesperación de mi padre. El hijo, yo, era el comprador, don Tomás, fraile de la congregación mariana era,   el vendedor y mi padre el pagador. Quedé desautorizado para compra alguna porque -según mi familia- yo era un manirroto menor de edad y él, "el viejo",  no  sudaba a diario tinta, para que yo comprara un sacapuntas por capricho.
   Ahora, de mayor, en el último recodo del camino, pienso que don Tomás habría sido buen Ministro de Hacienda si pudiera ejercer como resucitado. ¿Y cómo es que los políticos no  aciertan ni queriéndolo a cubrir esta plaza como es debido?
     Cada día que pasa aumenta la deuda de los españoles y, al mismo tiempo, empeoran los servicios, todo  en perjuicio de los administrados. Y ya se sabe: el último que apague la luz. En esas estamos. en una caverna  donde el administrador calcula mal  y el "pagano"  defrauda en cuanto puede. Ya vivir, que son dos días. ¡Que bien en el Coto de Doñana!
      A pesar de mis días de retiro, de mi alejamiento del campo de batalla, percibo -por la vía del olfato- que estamos asistiendo a un cambio: la derecha intenta ser más auténtica, más patriótica, más "derechosa" -que ya es decir- y la izquierda más zurda, más totalitaria (modelo hispano americano), más atrevida. Todo sin meternos en la cueva de los secesionistas...
       Es presumible,  antes de que nos castigue el invierno, un meneo, un "agitprop" que obligue a una convocatoria electoral. ¿Y si las que se mueven son las derechas?
       ¿Ya podrá el País con tantas migraciones incontroladas?

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