jueves, 24 de noviembre de 2016

GARANTÍAS OFICIALES

     El chasco de las masas votantes, suele resultar paradójico. Y surge de forma inesperada. Las masas caen, por lo general, siempre en la misma trampa. Obran de buena fe. No es mi caso. No se sorprendan porque fui vacunado en plena guerra: "Ni un español, sin pan, ni un hogar sin lumbre". Esta, era la promesa. Y esta la realidad: doce años de racionamiento  y pan negro chiquitito, amasado muchas veces con salvado y harina de algarroba, que -nos convencieron- era muy alimenticia. Había pan pero tan escaso que nunca llegó para todos. No hablo de jamón: me estoy refiriendo al pan.
     La política está hecha a base de promesas que casi nunca se cumplen, sobre todo, si son primarias. Para, los polìticos españoles es mas fácil dedicar el dinero a erigir edificios faraónicos -aeropuertos, estadios, monumentos emblemáticos, etc- que a invertir en buenos maestros que pongan a la docencia española en lugares punteros del amplio Universo.
     Ahora vuelve a estar de actualidad la vigencia de las pensiones o haberes pasivos, -que también así los llaman-  tal y como fueron concebidos hace muchos años.  Funcionan bajo el sistema de reparto.
Esto significa que  para pagar a los jubilados, se recaudan fondos entre los que están en activo.   ¿Y qué pasa cuando hay mucho paro? Que no llega el dinero recaudado para pagar a todos. Y el Estado, garante de esas pensiones, corre el peligro de endeudarse aún más de lo que ya está;  y  lo que no puede ser, no puede ser.
     Este es el momento menos idóneo para   que los políticos se machaquen los unos a los otros. Está en juego el futuro de muchos españoles. Estamos en riesgo de perder las garantías oficiales si la deriva no se corrige a tiempo.
     Hablan del "Pacto de Toledo". Estén ustedes atentos. El problema es delicado y de difícil solución. Veremos si  el signo de los  debates  es constructivo.
     ¡Ellos, los políticos, tienen la palabra!







  

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