Es decir, en resumen y para evitar equìvocos: si un "secesionista" se siente partidario de que Cataluña sea independiente y soberana, es lógico que renuncie a colaborar con su presencia en todo organismo del régimen que los tiene sojuzgados y al que quieren derribar.
Es absurdo, por principio, que hayan concurrido a unas elecciones para ser Diputados en las Cortes españolas y luego prestado un juramento o promesa que les compromete a ser leales con los principios en los que se basa la existencia de esa nación llamada España; principios incompatibles con los que sirven de apoyo a sus demandas soberanistas.
Es absurdo, por principio, que hayan concurrido a unas elecciones para ser Diputados en las Cortes españolas y luego prestado un juramento o promesa que les compromete a ser leales con los principios en los que se basa la existencia de esa nación llamada España; principios incompatibles con los que sirven de apoyo a sus demandas soberanistas.
Pueden decir: es legítimo ser un quintacolumnista para derrotar al adversario. No lo sé, pero es de tontos el admitir que en en las dependencias institucionales de España se monte, sin más, un caballo de Troya para tumbar al sistema.
Si ese fenómeno se está detectando, hemos de reconocer que los llamados a gobernar los destinos de su Patria (la española), han de constatar que lo primero y más urgente es, también para los demócratas, que esa España goce de buena salud; y, precisamente por ello, están obligados a disponer y a tomar las precauciones legales necesarias para eludir la presencia de traidores en las más dignas instituciones nacionales.
Si ese fenómeno se está detectando, hemos de reconocer que los llamados a gobernar los destinos de su Patria (la española), han de constatar que lo primero y más urgente es, también para los demócratas, que esa España goce de buena salud; y, precisamente por ello, están obligados a disponer y a tomar las precauciones legales necesarias para eludir la presencia de traidores en las más dignas instituciones nacionales.
Tal y como está la cosa, vistos ciertos comportamientos manifiestamente anti sistema en los actos de iniciación de la legislatura en marcha, se llega a esa conclusión: algo huele a podrido en la Carrera de San Jerónimo madrileña.
¡Y todos tan felices! Tendría morbo esta carga intoxicadora si la llamáramos como se merece: corrupción del sistema.
¡Qué dirían si se diera como normal dentro de las filas soberanistas catalanas!
¡Qué dirían si se diera como normal dentro de las filas soberanistas catalanas!
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