sábado, 26 de noviembre de 2016

EL "NO" DE LOS POLÍTICOS AVISADOS

    Se ha planteado en España un problema político que pocos se atreven a resolverlo en conciencia: está en juego una falsa lealtad entre compañeros de bancada; una lealtad  que impide rechazar de plano la injusticia cuando ésta reina o se delata en las filas correligionarias, en las filas propias.
    Me atrevo a pensar que, al estar el mal generalizado, el que lo detecta y se lo calla resulta ser  un tonto o un cobarde; o, tal vez, en el corazón del camarada brota la idea aquella de "hoy por tí, mañana por mí".
    Siendo muy joven observé, en una oficina bancaria donde me dieron trabajo, que la caja de caudales acorazada solo se abría si  coincidían tres llaves: la del director, la del subdirector y la del apoderado que ejercía de tesorero. Cualquiera deduce el porqué. Los tres se llevaban bien, aunque no se podían ver. Aquello funcionó muchos años. Ahora -gracias a la electrónica- las cosas han
cambiado. Las tres llaves eran un antídoto contra las tentaciones de la camaradería.
    El político, en conciencia, ha de saber que no ejerce una profesión remunerada y avalada por un título. Ha de saber que está prestando un servicio voluntariamente elegido, que produce mas satisfacciones al "ego" que a la cartera, y que, por otra parte, precisamente la cartera es el órgano más sensible y delicado que acompaña a hombres y mujeres.
    Expuestas estas circunstancias, el político hombre o la mujer política han de saber que la camaradería funciona en las dictaduras, pero nunca en las democracias. Pese a que Pedro Sánchez ha desprestigiado el "NO" por hacer de la triple negativa un mal uso, el "NO" es tan necesario como vida, pero no de boquilla; un "NO" de hecho; un "NO" ejercido desde el silencio más elocuente en tiempo y forma. El "NO" expuesto en dos palabras íntimas:¡Se acabó!
     Mi mejor amigo lo ejerció mandando a los políticos que le tocaron en suerte a tomar el viento. Y se marchó dando un portazo.


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