lunes, 21 de noviembre de 2016

EL PLURINACIONALISMO ATACA

     La idea se promociona por las izquierdas populistas en Aragón y Andalucía: se inclinan a funcionar como partidos políticos independientes en sus respectivos  territorios autónomos, siguiendo pautas parecidas a las puestas de manifiesto por el PSC, federado con el PSOE en Cataluña
     Ahora se espera la respuesta de los partidos homólogos de Galicia, Vasconia y algún otro territorio,  para crear la gran federación de "Unidos Podemos". La unión hace la fuerza; la división debilita. Y la política es el arte de lo posible, no de lo imposible.
     Aunque parezca que no viene a cuento, esta versión patriótica territorial, el plurinacionalismo que desdibuja la patria España, tiene su origen en el título octavo de la Constitución española. De aquellos polvos, estos lodos; lodos calientes, vivos, cargados de efervescencia,  hasta borbotear espumas peligrosas.
     En realidad, el pacto constitucional perseguía la creación de  territorios autonómicos descentralizados, pero las respuestas partidistas han servido para emular la aparición de naciones emergentes: las unas por las otras tienden al aumento de su inicial autonomía para ver cuál llega más lejos en su pretendida materialización soberanista. No aspiran a goberrnar un territorio autonómico; quieren no ser menos que Cataluña y el País Vasco que, desde un principio, dejaron ver un nacionalismo  in crescendo, constancia clara de que sus aspiraciones sólo se colmarían cuando fueran naciones soberanas e independientes.
       Desde Galicia, Andalucia, Valencia, Castilla... todos en fila, se pregutan sus habitates: ¿Acaso no tenemos historia? ¿Por qué hemos  de ser los perjudicados? ¿Somos inferiores a catalanes y vascos?
      Claro está: los nuevos partidos, atentos  a la debilidad de los gobiernos centrales, van a dar una respuesta clara a la política común para toda España de  los partidos constitucionalistas. Se  apoyan en dos ideas fuerza:en las injusticias sociales -irremedidables en un país en crisis- que ellos "prometen" solucionar,  y en la debilitación del poder central, mediante su parcelación en fracciones regionales.
      ¿Qué arreglo puede tener esta situación? Ninguna, a no ser que los partidos constitucionalistas se unan como una piña. Y no están por la labor.
      ¿Me puede el pesimismo? Hagan cuentas y luego me lo cuentan. Permítanme una pregunta: ¿Cómo es que el PSOE-PSE (Partido socialista de Eusskadi), constitucionalista, se une al PNV, separatista a carta cabal?
       Donde fallan los principios se hunden los resultados.
      No es pesimismo: es una prudente deducción.      ¡
     





española

No hay comentarios:

Publicar un comentario