martes, 2 de agosto de 2016

UNA DEJACIÓN LAMENTABLE


       España sigue sin formar un gobierno capaz y con plenitud de derechos; si no llegara a  resolverse esta situación con diligencia, se paralizarían bastantes proyectos que no puede abordar un gobierno en funciones. Urge un acuerdo.
       Pero en medio de esta crisis política que padecemos, es curioso -a la par que preocupante- advertir la reducida importancia que se le da, en medios oficiales,  al principal problema que afecta a España: la escisión de Cataluña que, se quiera o no, avanza sin dilaciones  por la vía de los hechos consumados.
      Entre tanto, las instituciones defienden la unidad constitucional de España con la  posible aplicación de leyes penales  que afectarían  a unos pocos responsables; como si, ante un enjambre de avispas, cazáramos con lazo a media docena para hacerlas  mártires. El problema es multitudinario y exige abordarlo con urgencia.
      Pero ¿qué les pasa a los políticos  que se tienen por constitucionalistas?  ¿Consideran broma o pasatiempo los avances secesionistas catalanes? ¿Por qué, al mismo tiempo, se les reconoce legitimidad para participar en las Cortes de España? ¿Por qué sigue vigente la legislación autonómica, sin la cual la Cataluña actual sería muy distinta?  ¿No es un burla todo lo que sucede? ¿Por qué nos hacen  padecer a los demás españoles este desinterés, como si fuéramos ciudadanos de tercera?
      El artículo 155 constitucional dispone que "si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes les impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento  al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general".
       No copio este artículo con ánimo de afear al Gobierno, y a los partidos que se tienen por constitucionalistas,  su falta de valor para enfrentarse unidos a este principal problema que nos afecta a todos los  españoles y cuya solución no admite demora. ¡Dios me libre! Lo pongo en  primer plano, para que los lectores vean cómo nuestros políticos, en  general,  presumen de saberlo todo y se sienten incapaces de acabar con los males patrios, todo en un pis pas, y de ponerse de acuerdo para evitar los daños de un tsunami.
        Visto lo que sucede, si  los tres partidos de referencia (PP, PSOE y  "C´s")  se olvidaran por un momento de lo que les separa, podrían dedicarse a la tarea de reparar el desorden constitucional de Cataluña que  afecta a toda España
         La desconexión de Cataluña, habría que evitarla sin faltar a la justicia, pero resolverla  sin caprichosas decisiones, lo mismo separatistas que centralistas; resolverla racionalmente, empezando ya. Puede hacerse y es lo quería hacer constar.  Porque el desmadre que vivimos es un capricho separatista, por mucho que quieran demostrarnos lo contrario, que puede costarnos muy caro. Eso es todo.
       Resuelto este problema,   los demás caerían en picado.
       Todo tiene un límite y el Gobierno parece no  percibirlo, al igual que los otros dos partidos constitucionalistas.
        ¡Y no quieren tomarlo en cuenta!
   

     



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