Acabo de presenciar, gracias al mejor medio de propaganda que conocieron los siglos (TV), el final esperanzador del pacto firmado entre el PP y "C.s" con idea de hacerlo valer para superar el acto de investidura y formar nuevo gobierno. El PP ha encontrado su Cirineo
¿Qué significado se le puede dar a todo este tejemaneje?
Muy sencillo: Hemos escuchado el primero y básico discurso de la campaña ya prevista para unas nuevas elecciones; discurso que servirá de cierre a un ciclo depurador de la política, al que, los del
"C´s", han dado la puntilla con el tino de un cachetero bien formado. Han puesto punto final a la responsabilidad política y prometido agilidad para exigir y ejecutar la judicial. Con esto, al menos, se le priva de todo sentido al "NO" reiterado, cansino y en fase de retirada del PSOE.
No es que sea una solución definitiva, pero dejará descolocado a tanto lamento, tanta verborrea y tanta y tan pobre filosofía ("manera de pensar o de ver las cosas", 6ª acepción de la RAE) que no resuelven los graves problemas que acosan a los españoles.
Lo probable, después de agotada la firmeza del "NO", es que el PSOE -al que en su propia casa lo tratan como para echarlo a perder- siguiendo la tendencia de su líder, persiga la convocatoria de unas nuevas elecciones con idea de ganarlas, argumentando su "limpia" trayectoria de siempre, cuando resulta que tiene el culo pringadillo y lleno de combustible.
Nos espera -si se convocaran unas nuevas elecciones- un ciclo movido a base de lejía y otros depuradores que, en un río revuelto, no servirá para nada, salvo para sacar del escalafón a unos políticos que ya no podían robar más y poner a otros nuevos en sustitución de unos insufribles negativistas.
¡Ya veremos...! !La tentación está encima!
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