jueves, 25 de agosto de 2016

EL CENTRO DERECHA VASCO SIN NORTE

            En la actualidad -agosto del 2016-  el futuro autonómico de España está pasando por momentos críticos. Los movimientos  secesionistas en Cataluña han llegado a una fase decisiva. Para oponerse a la declaración de independencia proyectada por los separatistas,  se anuncian –por algunos  partidos políticos- programas reformistas de la Constitución en busca de un nuevo acuerdo nacional que reduzca los envites secesionistas de Cataluña y otras Comunidades Autónomas, entre las que destaca el País Vasco.
            Esta realidad justifica que, desde algunos sectores políticos, se estudie un  nuevo posicionamiento, una nueva respuesta a estos intentos de ruptura, teniendo en cuenta las experiencias vividas desde que se aprobaron la Constitución, primero,  y poco después los Estatutos de Autonomía de toda España.
            Me tocó vivir muy de cerca la salida a la palestra del centro derecha en Álava que,  a última  hora, en 1977,  trató de formar una candidatura sin tiempo para preparar un  programa. Lo único que pudieron anunciar fue su condición de alaveses, foralistas e independientes. Esta candidatura se vio apoyada, una vez constituida, por la UCD de Adolfo  Suárez, que trajo tranquilidad económica al grupo promotor alavés, a cambio de aminorar la versión foral de su proyecto; los alaveses foralistas tuvieron que plegarse a las directrices de la UCD.
        Pudo haberse estudiado la versión foral autonómica alavesa, -como hicieron en Navarra- pero la presión nacionalista tenía tal fuerza y el apoyo que les prestaba el  PSOE tal intensidad que, sirvieron de poco las sugerencias forales que se hacían en este sentido.
           Si algo estaba claro, en esas fechas, era  el propósito de los nacionalistas de poner todos sus argumentos sobre la mesa y hacer jugar todas sus influencias para dejar instituidas las bases de una futura independencia de Euskadi, con el  viejo reino de Navarra incluido en el intento.
                La  idea foralista,  preconizada desde Álava, no podía ceñirse a una sola provincia de las tres vascas, ni podía anclarse en evocar instituciones medievales. Era un punto de partida para basar la autonomía en las peculiaridades de cada territorio histórico y no en una supuesta nación emergente,  llamada Euskadi, que asumiría un proyecto independentista -como así ha sido- de ámbito nacional vasco. 
         Los que sucesivamente dirigieron y controlaron el centro derecha vasco no supieron o no quisieron seguir por ese cauce foral, que se distinguía del nacionalista en que las competencias autonómicas no correspondían a la nación Euskadi, sino a cada territorio histórico (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya) por separado. 
    El centro derecha vasco aún está a tiempo de reconducir sus difusos criterios autonómicos. La disposición adicional primera de la Constitución "ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales". Es cuestión de interpretar con rectitud esta disposición. Todo un ideal para un partido que quisiera luchar por ello.
          Entre tanto algunos centro derechistas están buscando alianzas con el PNV. ¡Es para descuajaringarse de risa!
     
      
    
    

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