miércoles, 28 de enero de 2015

IMAGINATIVO PERO TAN REAL COMO LA CASTA

   Cuentan de un pariente lejano de mi familia, muy mayor aunque esto no le impidiera vivir solo, que recibió la inesperada visita de dos señoras, muy bien puestas,  que pretendían hablar con el ama de casa.
   - Si preguntan por la que barre, guisa,  lava y plancha la ropa, esa so yo.
   - ¡Ah! ¡Muy bien! -dijeron las señoras-. Nosotras venimos en nombre de la Iglesia Adventicia del Séptimo Día, y querríamos mantener una charla con usted..
   El vejete  se olió  la tostada, puso cara de honestidad y se sinceró:
   - Me van a  perdonar. No creo en la religión católica que es la verdadera y vienen  ustedes.  al final del viaje, a pedirme que cambie de coche. ¡Imposible!
   ¡Así se hace!, pensé para mis adentros. Hay que aguantar el tipo hasta el último aldabonazo. ¡Ole tus caireles, viejo camarada!
   - No sea usted tan rompedor - me dijo un nieto que estudia para intelectual y admira a los profesores que pastorea el hijo de  don Santiago Carrillo en no sé qué universidad de Madrid y me trata de usted..
   - ¿Rompedor? Al contrario.
   - Hay que evolucionar. Mire abuelo: para estos señores de "Podemos"  no hay imposibles. Elogiaron, hasta deshacerse, la política de los populistas mandantes en Venezuela  y compañeros bolivarianos de la región. Luego nos dijeron que defenderían la social democracia de los países nórdicos. Al final sus líderes, han terminando comiendo juntos con  dos significados ex-capitostes de la "casta" tan  denostados como los Sres. Rodríguez Zapatero y Bono.
   - Vamos a entendernos... nieto de mi alma. ¿Quieres decir que lo importante es navegar, cualquiera que sea el viento que nos empuje?.
   - Algo así. Los que al final saldrán  gananciosos son ellos,  los políticos. No los politizados. Para eso se las ingenian y luchan.
   - Pues que lo digan de una vez, sin darnos la paliza prometiendo venturas que nunca alcanzaremos.
   "No hay novedad señora baronesa" que ya se entonaba en los primeros años de la dictadura a pesar del apetecido pan negro tan escaso. Cuentos, todos, más viejos que la pana.
   

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