miércoles, 30 de abril de 2014

ESPAÑA, A LA CONTRA.

    Cuando en  Europa se inicia el movimiento reformista, el protestantismo para ser más claros,  que supone una convulsión de honestidad  para muchos países, España se coloca decididamente enfrente  y capitanea  la contra reforma.
    Cuando en Europa la Ilustración pretende acabar con los privilegios de ciertas castas, España reacciona a la contra y todo el siglo XIX y parte del XX se convierten en una amarga lucha para alcanzar unas metas que por la fuerza de la razón terminarían por imponerse.
    Cuando en Europa, después de una guerra descomunal cuya causa hay que buscarla en los excesos nacionalistas, las naciones más fuertes se muestran  arrepentidas de pasados errores y dispuestas a cambiar de rumbo y hasta consiguen avanzar en la construcción de una Unión Europea, España, siempre a la contra, se debate y lucha con fervor religioso, por dividirse en varias naciones para que los españoles (incluidos  vascos y catalanes) sigan no significando nada como durante los últimos cinco siglos.
    ¡Así nos va!

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