viernes, 25 de abril de 2014

UN FUTURO POSIBLE Y DESEABLE.

    Hace unos días, al hablar de esta nuestra política española tan calamitosa, tan injusta, tan endeble,  no hice crítica a nuestros políticos que, a fuerza de fijar su atención en la farragosa vida diaria, ven los árboles pero no alcanzan a comprender en su mirar a todo el  bosque.
   Copiando a un clásico dije que la política es el arte de lo posible siempre que sea lo deseable.  Y cualquiera que esté atento a la realidad española concluirá por admitir que se han hecho reformas, pero éstas no conducen a la creación de una sociedad deseable. Tenemos demasiadas familias españolas al borde de la miseria, con pocas o  nulas esperanzas de que esto se arregle. Parece que la globalización nos lleva a que los Gobiernos terminen por ser esclavos de los mercados, y éstos funcionan  en pro de los intereses de las  multinacionales, aunque perjudiquen a millones de personas en el mundo entero.
   Ya que hemos de competir en un mundo globalizado, perder el tiempo en discusiones
marginales a esta nueva generación de pobreza, es el suicidio de un país, en el que no podemos caer estúpidamente.
    Mantener las altas tasas de protección social y garantizar a la ciudadanía un nivel de vida digno y, al mismo tiempo, asegurar una distribución de la riqueza menos desigual, es un proyecto al que no debe renunciar ningún partido político de los que aspiran a  representarnos en la Unión Europea.
    Pero me temo que ni en esto estarán de acuerdo los postulantes.

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