domingo, 6 de abril de 2014

LA MONJITA Y LOS MILAGROS.

Ayer (05-04-14) vi y escuché -es decir-, presté suma atención a una monjita católica llamada Sor Lucía, de nacionalidad argentina, fácil verbo y apasionada expresión, que arrancó aplausos vibrantes del escenario que para el público monta la Sexta de TV, todos los sábados sobre la diez de la noche, para que un grupo de contertulios nos adoctrine sobre sus creencias normalmente políticas.= Sor Lucía vino, vio y convenció a juzgar por la respuesta cálida del público calentado con sus intervenciones. Confieso humildemente que me dejó atontolinado. Su seguridad en la exposición verbal, era definitiva. Está monjita -me dije- está en posesión de la verdad y es una mensajera del cielo para resolver los problemas que nos agobian. Más o menos, los gobiernos, responsables de todas las maldades, deberían cambiar su política, abrir la mano, ser generosos, suprimir vallas, favorecer al débil, atender al enfermo, cuidar del pobre, ayudar al desvalido, acoger al emigrante... Y luego le echó un par de ovarios para descalificar nada menos que al prelado Sr. Rouco Varela, como no lo haría ni el mas desaforado político de Izquierda Unida.= Un tema tan fuerte, tan interesante, tan crudo, pudo ser tratado por los tertulianos que acto seguido entraron en juego. Se pusieron a divertirnos con la chorradita -eco de sociedad o poco menos- de Doña Esperanza y los guardias a cuenta de un estacionamiento insólito que en cualquier nación se resuelve con una multa sin mas comentarios, ¡con la que está que cayendo!= Confieso que me fui a la cama. No pude dormir y vino el diablo a tentarme... "¿Has vito a la monjita? Tiene razón. Hay que repartir la riqueza sin que nos duelan prendas. Hay que fundir patenas y copones, descolgar muestras de arte valiosísimo, apartar reliquias históricas y ropajes litúrgicos, vender iglesias y conventos, hacer almoneda con todos los bienes de la Iglesia para dárselo a los pobres, enfermos, desvalidos, etc..= Hoy domingo, todavía no me aclaro. ¿Qué es mejor? ¿Dar un pez a un pobre o una caña y enseñarle a pescarlo?. Sor Lucía pide el milagro de los panes y los peces. Pero para eso nos hace falta un enviado del cielo. Y los tiempos no están para esas florituras. ¡No clamemos al Supremo Hacedor! No sea que nos mande el castigo que envió a Sodoma y Gomorra.= Fácil verbo, Sor Lucía, pero no nos ponga a estas alturas a asar la manteca.

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