viernes, 22 de marzo de 2019

PROMETEN MUCHO...

     O sea, prometen mucho pese a que tenemos poco y mal repartido. Me refiero al clima de prodigalidad que nos rodea creado  artificialmente por la lista de políticos que nos adula para ganarse el voto. ¡Gajes del oficio! Prometer es fácil; dar es más costoso 
     Estoy constatando una realidad de dudoso cumplimiento, entre otras razones porque  la Unión Europea ha dado la voz de alerta diciendo que el gobierno de España está pasándose de la raya en cuanto atañe al gasto, y así no vamos a resolver problemas ni a endulzar delicias.
     Esto nos pasa porque hacer cuentas resulta desagradable. Según viejas tradiciones al español convicto le duele más que lo traten de calculador a que lo tilden de generoso, sobre todo si lo que pone en juego es el dinero de todos que -a efectos provechosos propios-  es de nadie.
     Si -por costumbre- hiciéramos cuentas claras y expresas para que el vulgo contribuyente supiera lo que pasa y se comprobara lo que cuesta un peine en manos derrochadoras de muchos políticos provincia por provincia, la reacción del pueblo, condenado a vivir la pobreza, sería muy distinta.
     Pero... la escuela está en manos de los que mandan y tienen bien calculada  la rentabilidad derivada de la que podría calificarse como santa ignorancia democrática.
     Es para echarse a dormir a la orilla de un pozo cargado de cocodrilos.

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