jueves, 21 de marzo de 2019

EMPRENDEDORES EN FUGA

     Sean las que fueren causa del gran número de parados que se cuentan en España, es fácil deducir que si, algo falla  es la iniciativa emprendedora de los llamados a dirigir empresas que necesiten contratar obreros. Antes de caer en la tentación, prefieren dialogar y cerrar negocios que por su condición están libres de contratos laborales.
      A esta forma de generalizada de proceder están aficionándose un buen número de empresas españolas para las que, ya ahora, trabajan obreros asociados que venden  productos o servicios muy concretos, en sustitución de horas trabajadas, como era costumbre.
     La legislación social, la presión sindicada y el clima laboral con sus demandas legales y justas -claro está- influyen en el cambio que se impone, con el que tratan los afectados de escurrir el bulto asumido en tiempos pasados.
     Si unimos a esta táctica la otra -que no falla -que consiste en desplazar empresas a países más tolerantes en el plano laboral,  se comprende que la iniciativa privada se mantenga  quieta y libre de disgustos.
     Más o menos tarde, con un paro que no cesa y una corriente migratoria incontrolada, se agravaran las peticiones de justicia social subsidiada y la deseada democracia perderá el rumbo, que no el vocablo, y el nivel de vida caerá en picado.
     Y a mí, si no me asusta ese futuro, es por ser un optimista y saber  que me sobra tiempo para no verlo ni padecerlo.

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