miércoles, 20 de marzo de 2019

MEDITACIONES CONTRA DUDAS (8)

     MIGRACIONES.- Todo ser viviente, cuando vienen mal dadas y lleva las de perder -por no estar dotado de mejores medios defensivos-, lo primero que hace  es huir sin mirar al atacante. Todo el que abandona su lugar de origen para subsistir, es un fugitivo.
      Para que los fugitivos huyan en masa, tienen que darse circunstancias mortales: hambres, epidemias, guerras... En estos casos suele aparecer -no siempre- una respuesta negativa dirigida contra el forastero en ruta, por parte del habitante estable con bienestar asegurado.
      Nada nuevo salvo que, entre los habitantes más pobres de la zona receptora, surge la inquietud y el miedo a que el exceso migratorio aumente y consolide el índice de pobreza y, tal circunstancia, se aproveche por los contratantes, hasta extremos insospechados, para abaratar los salarios...
       Los gobiernos que presumen de solidarios en beneficio de  los más necesitados tienden a  resolver los problemas del emigrante y a olvidarse del paisano empobrecido y ¡hasta eso podíamos llegar!
      Estamos, estos días,viviendo un período electoral. Los paisanos votan;  los extraños forasteros, no. Observe, amigo lector, hacia donde derivan las carantoñas y promesas: ¿se las dedican a los de fuera o a los de casa? Ahora les toca a estos últimos.
      Las democracias modernas permiten engañar  a los votantes a favor y, a estos  últimos les encanta que  se les dore la pelota.










mos
   

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