Como simple espectador del listado de problemas sin resolver, en este patio de Monipodio llamado España, me he sentido impulsado a precisar los tres grades temas que no pueden ser eludidos ni olvidados por los políticos.
El primero -como más inmediato y más complejo- es autonómico y se refiere al secesionismo que hierbe en Cataluña y se desborda y afecta a toda España. El segundo, laboral, -el paro- castiga a millones de españoles que están asistiendo a un desmontaje de empresas, sin un plan serio para activar iniciativas emprendedoras. Y el tercero, cultural, está clamando porque el sistema de enseñanza no se acomoda a la demanda vanguardista necesaria para vencer los vicios de la globalización en marcha.
No hace falta ser muy listo para advertir que nuestro sistema estatal y autonómico es altamente costoso y, además, está mal administrado. Si se hicieran cuentas en forma tal que el más tonto de la clase pidiera valorar la realidad que nos acosa, los políticos al uso no tocarían pelota.
Para llegar a conclusiones positivas no se puede hacer de la política un juego desleal y pródigo, como se tiene constatado por hechos que han pasado a la historia como normales y patrióticos y no es verdad.
No es de extrañar que la enseñanza elemental haya estado sometida, salvo raras excepciones,
durante dos siglos bajo intentos democráticos, a imponer doctrina del signo que fuera.
¡Si se hicieran cuentas...!
Pero no podemos olvidar los tres más graves problemas que nos acucian.
(Continuará)
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