Sobre este asunto vienen trabajando significados teóricos de la política en el País Vasco, convencidos de que, con paciencia y constancia, su deseo se hará realidad en un futuro próximo. Se trata de que, bajo el paraguas de los "Derechos Humanos", Euskadi pase a ser una nación independiente y soberana, sin perder las buenas relaciones con España y creando un miembro más partícipe de la Unión Europea. Sólo hace falta reconocer a Euskadi el derecho que como Pueblo le asiste para elegir su destino, según una legítima interpretación de los mencionados Derechos con óptica secesionista.
Expuesto cuanto antecede en un plano pacífico, resulta lógico pensar que si la España unida funciona como Estado, lo es cumpliendo el mandato que otorga la soberanía del País a todos los españoles, incluidos los vascos peninsulares consultados a estos efectos en un referéndum.
Pero todo evoluciona y es justo pensar que las ideas vayan, sin dejar de existir, modificándose para ser estudiadas con equidad y justicia, sin perder de vista lo mejor en pro de los pueblos y naciones ya existentes.
Lo lógico es que, así como los nacionalistas vascos estudian su independencia para servirla en bandeja a sus seguidores, surgieran personalidades que se aplicaran a analizar el futuro de las aspiraciones unitarias que limen las diferencias entre los seres humanos. El propósito de unir es más constructivo que el de separar. Y más justo.
La deficiencia se palpa. Ya veremos.
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