EL PARO.- Nada más aceptable para la mente urbana e insatisfecha que el derecho a un trabajo dignamente remunerado. Y nada más injusto que verse uno sometido al paro no subsidiado. Esto les toca de cerca a más de tres millones de españoles, según manoseadas estadísticas.
¿Por qué los españoles viven esa desgracia?
Muy sencillo: no son tiempos propicios para crear o mantener empresas rentables. El Estado español y sus derivaciones y secuelas, es muy caro y, además, sus directivos públicos y sus
colaboradores significados, cierran cada ejercicio con un déficit de postín y cuello vuelto, que decían en el siglo XIX para más "inri". Así va la deuda y así la presión tributaria que padece España.
En conciencia el paro puede ir a más si las supra naciones no se ponen de acuerdo para iniciar en los países, afectados por esta plaga, un cambio político social inédito que motive un buen meneo del freno a la especulación globalizada y un empuje positivo en favor de la inversión creativa de empleo, tan disciplinado como eficiente.
Lo cual se complica en el plano económico social, si no se pacta un acuerdo entre los países más influyentes para reducir la presión tributaria y racionalizar el gasto público.
Este cambio llevaría un tiempo y supone la implantación de nuevos valores, nuevos principios, nueva escuela... nuevos hábitos y costumbres.
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