sábado, 27 de octubre de 2018

PARA LOS CUATRO DÍAS QUE ME QUEDAN (18)

     A los llamados para vivir de la política les conviene que funcione la teoría de la igualdad del género humano. Esto no impide que ellos -los políticos-  en cuanto tiene conciencia  de su personalidad, traten -siempre que sea posible- de ser distintos. Y lo consiguen, viniendo a demostrar que la igualdad que pregonan -hasta en el ejercicio de sus derechos- es un mito. Padres que tenéis hijos: procurad que  se distingan por el lado bueno. La política es dudosa. La codicia es mala.
     Expuesto este principio, no es menos cierto que los seres humanos se dejan llevar por la rutina  de la igualdad hasta el punto de masificarla. Esta tendencia hace que los pueblos caigan en eso que llaman "adocenamiento",  hasta confíar en  las encuestas. Cuando los seres humanos se mueven en manada, son capaces de echarse al río aunque esté plagado de cocodrilos.
     Me atrevo a decir, y confieso que no es una osadía, que cuando las masas se contaminan con cualquier tipo de ideas, se vuelven contumaces y rebeldes, Esto lo saben al dedillo aquellos que se llamaron agitadores.La contumacia en  manos de agitadores solo se aplaca haciendo concesiones.  En España  estamos en esa  fase. O, por lo menos, el Gobierno del PSOE está amasando ese pan.
     ¿En manos de quién estamos? Me atrevo a decir -y en este caso sí, lo hago con osadía- que quien dirige el cotarro con astucia es el equipo directivo de "Podemos"; por ahora de asistentes pero en vías de alzarse con el santo y la limosna. Con el, puño en alto y bien guardado.
      Están llamando a un "golpe" de signo contrario.

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