martes, 9 de octubre de 2018

PARA CUATRO DÍAS QUE ME QUEDAN (3)

     He de serles sincero. Voy a sentar unas premisas que no se apoyan en documento alguno. Son deducciones personales y transferibles. Puede rechazarlas ya. No pasa nada.
     España forma parte de una península celtibérica, dominada en fases sucesivas por muy dispares pueblos total o parcialmente.
     ¿Se solidarizan estos pueblos? No. Viven días de paz y días de lucha. Pero siempre, siempre, tendiendo trampas. Lo llevan en su sangre. Tengo la impresión de que al menor descuido somos capaces de montar otra guerra civil.
     ¿Serían capaces estos celtibéricos de ultimo cuño de integrarse en un régimen democrático moderno? Sí, pero con trampas, Véase el modelo que se ensaya en Cataluña.
      ¿Son tan humildes como capaces de enrolarse en las filas de un país racialmente heterodoxo pero motivado por deseos constructivos y limpios de basura? Hubo un intento. Unas generaciones escarmentadas lo decidieron en el año de 1977-78. Pero los genes de sucesivos españolitos se dieron por presentes ¡y aquí están deseosos de una buena y nueva lucha!
      La trampa, en consecuencia, tiene un atractivo genético a la par que corrosivo. ¿Y cómo se delata? ¿Dónde está la trampa? En la corrupción, cuando esta invade los escaños de la  Patria. Ahí esta la clave de la marcha insolidaria de nuestros días.
      Las claves de la inmundicia política están colgadas en el vestíbulo del poder. Y se empezaron a utilizar por algunos, el mismo día que dieron vía libre a nuestra maltratada Constitución.
      Seguiré, D.m., dando indicios.       


















































       He de serles sincero. Voy a sentar unas premisas que no se apoyan en documento alguno. Son deducciones personales y transferibles. Puede rechazarlas ya. No pasa nada.
       España forma parte de una península celtibérica, sucesivamente dominada por muy dispares pueblos total o parcialmente.














e















No hay comentarios:

Publicar un comentario