sábado, 6 de octubre de 2018

PARA CUATRO DÍAS QUE ME QUEDAN (1)

     Me dicen los entendidos: Haga ejercicio, es bueno para la salud, bueno para disfrutar -si cabe- de una vejez cargada de optimismo. Tiene que ser cierto; por mi parte madrugo y me pongo a pensar. No sé si eso -pensar- exige ejercitarse. A mi me alivia y me ayuda el discurrir,  pero tengo que hacerlo en reposo, relajado, Mi ejercicio físico , por eso, sólo se merece un cero.
     El caso es que hoy me ha dado por pensar en el reciclaje de desperdicios. Bien aplicado ese proceso nos permite librarnos  de la basura como primera medida higiénica y, secundariamente, obtener subproductos útiles en la vida diaria. 
     Sentado este principio, mi mente no me suelta y me dicta un silogismo.
     España está llena de basura política. (Primera premisa). La basura es susceptible de ser reciclada y, por ende, resultar útil para la nación. (Segunda premisa). Luego (conclusión) la política, en España, tiene que ir directa a practicar el reciclaje para  prosperar con limpieza
     Pero ¿cómo? Y les digo a mis lectores: Lo primero es convencer al personal del objetivo "sine qua non" . Lo segundo, fundar un jerárquico partido político depurador. Lo tercero, estimular  la tarea para que todos colaboren a gusto.
      Y eso ¿cómo se consigue? Porque si no colabora una inmensa mayoría en la tarea, ¿cómo se impone el, reciclaje?
      Les anticipo que D,m, se lo diré el lunes. ¡Tengo que pensarlo!
      Claro está: pongo mi confianza en la práctica del plagio. No es broma.

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