martes, 19 de diciembre de 2017

VÍCTIMAS DE LA ALDEA GLOBAL

          Lo veo a diario: muchas tiendas, gran número de pequeños  negocios, están cerrados. Y entre los que aún resisten no se advierte que alcen las persianas con entusiasmo. Las vendedores a distancia vía internet son muy duros competidores. Es una prueba impuesta por la globalización que han de soportar con crudeza los más débiles.
         Sostengo esta conclusión con la mayor humildad. Se supone que la globalización se maneja por los más ricos y se sufre por los más pobres y necesitados.
         Hemos de admitir la dura realidad: las multinacionales barren al pequeño comercio. Unos pocos financieros controlan los mercados.  Bajan los precios para mejorar las ventas y los suben cuando las dominan. Viven bien unos pocos, a costa del sacrificio  de innumerables muchos que han sido desplazados.
        Cualquier lector puede desechar esto que digo. Les sugiero que miren a su alrededor y constaten cómo andan las clases medias y bajas que les rodean; verán cómo cambian de costumbres
para llegar a fin de mes. Lo cual no deja de ser raro en una nación como España donde se hacen colas para ir a la playa en verano y a la nieve en invierno,   como si fuéramos ricos.
        Las compañías financieras multinacionales y globalizadas -que ya imponen su marca en los mercados- se están convirtiendo en amos. En España, por ejemplo,  las eléctricas exigen duras  condiciones sin mayores reparos y de acuerdo, casi siempre,  con el poder estatal. Publican sus ofertas como si fueran gangas, pero sus exigecias son duras y sus tarifas caras. Y el pueblo aguanta.
       ¿Remedios?
        Los más listos,  preparados o ingeniosos saben cómo. Y no se doblegan si llegan a dominar  un espacio científico.
        Los políticos, que pierden poder y  no caen  en la cuenta, creen que el remedio llega por la vía de las nóminas públicas y a base de abundantes subsidios. De ahí nace el "populismo".
       Pero es otro cantar. Mejor dejarlo para otra ocasión. Sin olvidar que nuestra posición  es débil, la escuela floja, la voluntad popular tiende a crear pobres, los gravámenes fiscales les ayudan.
       Y así no puede ser y además es imposible.     

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