jueves, 7 de diciembre de 2017

CORRUPCIÓN AL ALCANCE DE TODOS

     O dicho de otra manera: la corrupción se idea y pone práctica en los bajos fondos del sistema social y, a partir de esta picaresca de fácil control, se filtra hacia las capas altas, donde las prácticas viciadas  suelen,  muchas veces,  rodearse de apoyos pseudo legales.
     Al final la vigilancia resulta eficaz para los ladrones de gallinas,  y lenta, tardía e irremediable para los que aprovechan su poder y sus influencias para alzarse con el santo la limosna.
     El hecho cierto es que la tolerancia -que nadie  podrá negar- estuvo y está filtrada en las filas de la llamada alta sociedad,  y de paso afecta al gremio de profesionales que se mueven en la difícil línea límite  entre lo ilegal y lo ético;  y no olvidemos el más tentador espacio que -según viejas tradiciones está reservado a ciertos llamados políticos.
     En consecuencia España es -entre los países más desarrollados- uno de los que destaca por defraudar más al fisco, burlando el pago del IVA y otros impuestos relacionados con la actividad económica con la puntualidad exigible o -en otro caso- con los recargos consiguientes
     No hace falta confirmar esto que escribo con   cifras estadísticas. Cualquiera de los lectores puede constatarlo pulsando las teclas adecuadas a su alcance. El Estado pierde miles de millones suyos y no pasa nada.
     Es decir, sí pasa. Están temblando los pensionistas españoles porque no llegan los fondos existentes para costear los haberes pasivos, mientras que  el Estado  deja de cobrar dineros suyosa que podrían remediar este mal. Es una blasfemia que el dinero se esfume porque desde ese Estado no saben cómo evitar un fraude tan generalizado.
     Cuando unos políticos no remedian una situación como la expuesta, tiene su explicación: son incapaces o cómplices, dicho sea con todos los respetos.
     Y las urnas, no se olvide, pasan factura.






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