sábado, 6 de mayo de 2017
REINVENTARSE LA DERECHA
Me comprenderán si les digo que soy un simple aficionado. Esto me lleva a enredar en este feo mundo de la política. Tengo mis ocurrencias y a veces mis errores. Pero a uno, cuando razona, y con ello no busca ni pide votos, si además cuenta su verdad y no personaliza, se le pueden perdonar esos juicios fallidos.
Cuando me refiero al reinvento de una derecha, pienso en un partido moderado, dialogante y constructivo; para ello ha de ejercitarse en ser honesto.
Me entenderán que no es ninguna fantasía el reinvento de la derecha en España. Reinventar no es eliminar al partido ya existente; significa la necesidad de conseguir un cambio profundo en el fondo y en la forma de la cosa; no hay más cera...;en eso consiste su reinvención.
Hay que mover el banquillo y romper las cadenas que unen a muchas amistades interesadas no en promocionar el bien común, sino el propio bienestar, el de cada jerife y de sus variopintos amiguetes.
Si no se reinventara esta derecha de nuestros días, tan desacreditada por la corrupción y otras suficiencias, terminaría por ser tan poca cosa como para dejar de influir en los destinos socio políticos de los españoles.
Tengo oída una frase que se atribuye a Charles Darwin: "No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio".
El cambio que la inmensa mayoría de votantes de esta derecha moderada desea, no es otro que el de la renovación de las listas electorales futuras, formadas con rigor y criterio ante testigos garantes de su honestidad y valía y en presencia de un notario que de testimonio de su fidelidad y juego limpio.
¿Eso sería suficiente?
Insisto, no soy quién, pero en el plano de las promesas -derechosas que no derechistas-veo a la derecha española anticuada e irresponsable aunque el vocablo suene duro.
Ha dejado la escuela en manos de sus adversarios en la confianza de que todo se arregla con un plan de enseñanza. (Haga usted la ley que yo haré el reglamento). Se ha olvidado de los objetivos sociales entrañables de la clase media española (y no empleo la palabra en balde) y los sufrimientos más dramáticos de la clase baja. Y ha consentido que el problema autonómico llegue a una dimensión tal, como para poner a toda a España al borde del derrumbadero.
El reinvento de la derecha tiene esos tres graves problemas pendientes con sus votantes: la escuela, la justicia social y la solidaridad autonómica.
Pero sospecho -insisto, soy un aficionado- que tontos no son y que si no dan en la diana y pierden votos a esgalla es, como dic el pueblo llano, porque muchos (demasiados) no dan un palo al agua, si no es en beneficio propio.
¡Qué vergüenza!
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