miércoles, 10 de mayo de 2017

A VUELTAS CON EL CAMBIO

     Si tomamos como referencia el curso 2016-2017, aquí  en la Europa del suroeste se están gestando unos cambios a fondo, que vienen a coincidir con los comienzos de la ya conocida como "cuarta revolución". Cambios que nos van a invadir  por la vía científica y que arrastrarán a  muchos pueblos,
con efectos aún no bien calculados.
      Todo nace, crece y se desarrolla al compás del progreso, en fase de dar un  serio empuje al proyecto  constructivo más avanzado  del planeta Tierra: la robótica.
      Puestos a imaginar, llegará un día en que los políticos en vez de montar la gresca en sus debates por el nombre de una calle, opten por acabar con la contaminación que nos invade en esas calles. Terminarán por descubrir que el ideal purificador de las vías públicas se alcanzará "robotizando" la circulación de vehículos,  movidos con energía no contaminante y sin conductor que los guíe .
      ¿Esto es posible? Claro  que sí. Se están  haciendo ensayos con éxito. Y vendrá el cambio poco a poco, antes de que pasen dos décadas. ¿Y los conductores de hoy? Irán al paro.
      No es por  nada, pero la mayoría de los políticos no ven o no quieren ver estos supuestos que van a invadirnos en muy diversos sectores, despacio pero seguros: los robots serán tan populares como los teléfonos de bolsillo. Más paro. Más precariedad laboral. Peor nivel de vida para las clases media y baja.
      ¿Y los políticos? Salvo unos pocos casos que hacen la excepción, los demás ¡a vivir que son dos días!
      ¿Y las escuelas? Otro tanto digo. Los niños, por delante de los maestros en el manejo de códigos y señales robotizados, gracias a la pedagogía de los juegos informáticos.
      Seamos optimistas. Esperemos que España (los españoles incluidos vascos y catalanes) espabilen a tiempo.

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