viernes, 24 de marzo de 2017

MAS DATOS DEL CONCIERTO ECONÓMICO VASCO

     (Continuación)

      Señalé en un comentario anterior -con la brevedad que este formato exige- la suerte de los fueros vascos condenados a desaparecer, como privilegio injusto, por la Constitución de 1812. También       indique cómo el Convenio de Vergara no vino a resolver las demandas de los fueristas.  El caso fue que pasaron treinta y siete años, con dos nuevas guerras carlistas en  el intermedio, y  no hubo acuerdo.
      La última guerra Carlista terminó con el triunfo liberal que fue decisivo  para poner a los territorios forales al nivel de las provincias de régimen común. La ley del 21 de julio  de 1876, acabó con la tradición y las Diputaciones forales empezaron a llamarse Diputaciones provinciales.
      Por tanto las provincias exentas dejaron de serlo y tuvieron que acomodarse a las circunstancias. Pero como el Gobierno central carecía de estructuras propias en los territorios vascos para recaudar los impuestos vigentes, tuvieron que valerse de las Diputaciones vascas y acordaron -a título provisional- que éstas pagaran un cupo provisional hasta regularizar la situación.
      No valieron  razones jurídicas ni siquiera históricas para cambiar tal estado  de cosas.  Tuvo que entrar en juego la burguesía vasca -sobre todo la vizcaína y liberal- para que la solución  provisional, inspirada en el Convenio que ya funcionada en Navarra, se estableciera por un plazo limitado, hasta ver cómo iba el asunto. También hubo de influir en alguna manera el estadista Antonio Cánovas del Castillo, Jefe del Gobierno de España.
      Valorar la eficacia de un Concierto Económico como el vasco, no estaba al alcance de los españoles en general. Funcionaba, pero carecía de valor político-económico para las masas. No me puedo detener en explicaciones pero si Bilbao llegó a ser lo que era, antes de la guerra civil de 1936, se debe en gran arte a este régimen concertado. Y Bilbao tiraba de todo el País Vasco para bien o para mal.
      Puestos a elegir en el siglo XX entre los fueros  medievales y un régimen fiscal concertado, para lograr  eficiencia en el progreso de un pueblo, no hay duda. Hoy esta ya experimentado el tema y  la realidad suscita la envidia de las restantes autonomías de  España, salvo la navarra, que tiene su propio Convenio concertado.
      Pero claro está: los herederos de Sabino de Arana, no se conforman con los fueros, ni mucho menos con  versiones autonómicas por muy concertado que esté el régimen tributario. Euskadi es para ellos una nación y quieren su independencia soberana.
      Entonces surge la pregunta: Qué importa más, ¿la independencia de un territorio o el bienestar de las personas? En el primer caso se ventila el derecho de un colectivo; en el segundo el de cada individuo. Según la Carta de las Naciones Unidas el derecho colectivo ha de estar supeditado al derecho  individual.  
     Lo paradójico es que para defender el derecho colectivo, numerosos personajes recurren a los derechos humanos individuales.

(Continuará)








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