lunes, 13 de marzo de 2017

LA ESPAÑA DESERTIZADA

     Estamos asistiendo a un cambio político social de cuyos resultados finales solo manejamos aventuradas hipótesis. ¿En qué terminará la nueva política de los EE.UU.? ¿Qué será de la Unión Europea? ¿Y de España?
     Casi todo cuanto se anuncia se basa en experiencias pasadas, en recuerdos históricos, en ideales apoyados en doctrinas de tiempos idos.
     Ortega y Gasset, en "La rebelión de las masas", se anticipó a nuestros días: "Quien aspire verdaderamente a crear una nueva realidad social o política necesita preocuparse ante todo de que esos humildísimos lugares comunes de la experiencia histórica queden invalidados por  la situación que él suscita (...) Con el pasado no se lucha cuerpo a cuerpo. El porvenir lo vence porque se lo traga".
     Nos preocupamos de la pobreza que nos rodea, es cierto. Pero tomen nota: la solución de los EE.UU. está -según su nuevo Gobierno- en levantar un muro para que los pobres de México no lleven su pobreza, sobrepasando unos límites, a sus vecinos del norte. La fórmula es tan vieja como el mundo. Pudo ser útil, cuando las comunicaciones eran lentas y las distancias se hacían largas. Hoy las gentes vuelan. Pasan por encima de los muros. La solución está en que los mejicanos sean ricos.
     El país que iba en vanguardia, los EE.UU, retrocede a épocas pasadas: mal asunto. Y en Europa puede suceder otro tanto. La Unión Europea pretende elevar el nivel de vida de los países que la integran. Pero si en esos países reverdecen los efluvios nacionalistas, si se restauran las fronteras y reviven los mitos o idolatrías locales, si nos miramos el ombligo, la pobreza de gran parte de sus habitantes  acabará con los ansiados estados del bienestar.
      Hay que modernizar los países pobres, invertir en la enseñanza de sus gentes, ponerlos en la vía constructiva... Ir hacia ellos con nuestras enseñanzas, con nuestras inversiones, para evitar que vengan hacía nosotros con su pobreza. Todo sin perder lo bueno que ya tienen.
      Pero ¿qué estoy diciendo? ¿Acaso somos ricos? Tendríamos que descubrir y enseñar  nuestra España pobre, sola, desertizada ... Tendríamos que abrir escuelas en esos pueblos vacíos,  no cerrarlas como hemos hecho; abrirlas con los medios que hoy nos brindan los inventos que  no conocíamos hace poco más de veinte años.
     Nunca ha tenido más actualidad aquel deseo de futuro que pedía Joaquín Costa  en el, siglo XIX, también para las zonas rurales: España necesita escuela y despensa.    
   







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