miércoles, 22 de marzo de 2017

LOS TERRITORIOS FORALES VASCOS

   
       (Continuación de comentarios anteriores)

     Los territorios forales. aludidos en la Constitución española vigente, son Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y, por separado, Navarra. Para estas demarcaciones los políticos de la legislatura constituyente hicieron rancho aparte, con la conformidad mayoritaria de los demás políticos españoles.
     No es por nada,  pero tampoco es malo recordar que eran tiempos de tribulación: unos apaleaban el nogal y otros recogían las nueces caídas al suelo. ¡Todo vale que decía el fraile!  
     El pleito foral de las "provincias exentas" (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya) -como eran conocidas en las postrimerías del Antiguo Régimen-, vino a cobrar intensidad tras el abrazo de Vergara, acordado para dar fin a la I Guerra Carlista. Los generales Espartero y Maroto escenificaron la paz bajo un acuerdo muy genérico: respetar los fueros de cada territorio foral sin perjuicio de cumplir con el mandato constitucional, que había consagrado la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos. ¡Centralismo puro y duro!
    Esto era como poner el fuero "al higuí", que consistía en en ofrecer a los niños un higo pasa, sujeto al extremo de un cordel pendiente de una larga caña, por un sujeto carnavalesco que anunciaba: "Al higuí, al higuí", con la mano no, con la boca sí".
    Así pasaron casi cincuenta años hasta que, en el último tercio del siglo XIX, reimplantada la monarquía  borbónica de signo liberal, resultaron vencidos los rebeldes carlistas defensores del fuero, y de un plumazo se igualaron las Vascongadas con el resto de España.
    Pero...  la Vizcaya burguesa y liberal, los nuevos ricos de la metalurgia  progresista,  fuertes y entrenados,  consiguieron que el poder central aprobara un Concierto Económico que, al paso del tiempo resultaría ser una joya inestimable.
    Así se configuró un proyecto de territorios  forales (que incluía también a Navarra porque este distrito también es Euskadi) en la Constitución de 1978.. Así podrían reconocerse los derechos históricos de los territorios forales, como si  el resto de España  no tuviese historia. ¡Los dioses ciegan a los que quieren perder!
    El Gobierno Vasco -constituido mas tarde al calor de estos "derechos históricos"- cuenta con más competencias que los de otras CC.AA. y, lógicamente, mayores recursos "per capita" gracias al  régimen fiscal pactado o  reconocido, con o por el Estado. El sistema ha cuajado y ha permitido que Euskadi se consolide, no como un país compuesto por tres territorios forales  cada uno con sus peculiares derechos históricos, sino como una nación emergente estructurada (al margen de toda previsión estatal) para funcionar como tal en un  breve plazo de tiempo; ése es el proyecto.
    El que avisa no es traidor. Y los nacionalistas avisan casi a diario. "¡Euskadi es una nación!", según proclamó no hace mucho un parlamentario nacionalista a voz alzada en las Cortes españolas.
    Al margen de ese aviso, el avance secesionista está latente en la vida diaria de los territorios forales. Constato hechos.
    Y digo "está latente",  no se confundan.
 
   (Continuará)
   

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