lunes, 6 de marzo de 2017

ENCUESTAS A DESTIEMPO

     Veo encuestas electorales publicadas a destiempo. Los votantes no suelen estar motivados como en los períodos electorales; ni sus respuestas vienen condicionadas por los programas y promesas de los contendientes políticos; tampoco juegan papel importante las escandaleras que quitan y dan votos a paletadas.
     Por otra parte, se intuye -es un pálpito- que  España parece tomar,  con algún retraso, por los senderos que ya fueron habilitados en otros  países europeos: entre ellos, el empuje nacionalista de las derechas y el populista de las izquierdas.
     La salida del Reino Unido de la UE viene impulsada por el nacionalismo británico; nacionalismo que bajo otros signos, también prospera en algunos países europeos; y si en España triunfa, por ahora, un nacionalismo regional, tal y como se plantea en Cataluña y Vasconia,  no es porque no exista, aunque  con carácter  latente,  un nacionalismo español que puede cualquier día romper escrúpulos y manifestarse con toda su fuerza, en los puntos donde mas se niega a España.
     Por ahora los nacionalismos catalán, vasco y gallego se mueven en esa onda optimista, desde la que piden una Europa de los pueblos como más auténtica que la Europa de los mercados. Hay un inconveniente: desde hace siglos, los pueblos crean fronteras, las mismas que dificultan el desarrollo de los mercados, cuando por ahí avanza la prosperidad de las naciones.
     Fijémonos, por otro lado, en el populismo de las izquierdas. Es otra cosa. Es una versión, con apariencias modernas, del intervencionismo propio de las dictaduras totalitarias,  mal llamadas democráticas. Derrochan principios democráticos de boquilla, pero cuando está en juego el poder  de sus líderes se disputan la hegemonía como lobos: a dentelladas. Eso no es democracia. Claro está: el gallito del grupo, dice y quiere demostrar que no es un macho alfa y lo anuncia anticipándose a cualquier petición de parte; pero cuando se presenta la oportunidad de alcanzar  el poder, sueltan la meadita de costumbre para marcar su territorio donde ser los amos. Con este fin, no se olvida la escenografía ni  la luminotecnia para dar el pego.
     No es tiempo de encuestas, pero sí puede seguirse la estela que dejan los que ansían el poder.
     Puede que sea, éste, un año muy movido, durante el cual muchos van a cantar su adiós a la política.








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