miércoles, 21 de diciembre de 2016

LAS GRANDES NACIONES EN CRISIS

     Avanzado el siglo XVIII, quince colonias británicas de América del Norte, se pusieron de acuerdo, y decidieron federarse para fundar una nación independiente de la metrópoli. Así aparecen en el mapa los EE.UU (USA) que va engrandecerse a lo largo del siglo XIX. En Europa, en el siglo XX, siguiendo distintos principios y a través de acontecimientos muy diversos, deciden unirse distintas naciones por encima de los viejos imperios, reinos o territorios vecinos, para formar un conjunto poderoso e influyente.
     A estas dos realidades le dan respuesta otras organizaciones: China, Rusia, la India,  los Países Árabes... que reclaman su trozo de tarta. Y el cirio que se monta se globaliza.
     A partir de esta institucionalización supra nacionalista, surgen los cuerpos de doctrina a seguir por los habitantes de cada gran zona y en nombre de la democracia o cualquier otra sublime coartada, aparece la guerra.  Las naciones han evolucionando, no se lucha en las trincheras, la pelea se lleva a las retaguardias donde buscan refugio los débiles: niños, ancianos, enfermos... y otros colectivos que se organizan en oscura desbandada hacia la muerte.
     El sistema de gobiernos nacionales de pequeño formato reverdece.La formación de grandes grupos (como  la Unión Europea) entra en crisis. El terrorismo se generaliza y alcanza los parajes más insospechados. La guerra no tiene trincheras. Las grandes migraciones se expanden sin control. El bienestar no llega muchos países, pese a sentirse naciones, y se aleja de aquellos que lo alcanzaron bajo mínimos.
     Pese a todo, los nacionalismos localistas navegan a todo trapo, cuando se detecta un cambio que pilla a varias generaciones de ese pícaro Mundo con el pie cambiado.
      Es  una reflexión de madrugada hecha desde una ignorante inocencia.







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