viernes, 2 de diciembre de 2016

EL MOVIMIENTO NACIONALISTA VASCO

     La diferencia entre un partido y un movimiento político radica -básicamente- en que los miembros del primero se implican en el ejercicio del poder, si llega el caso,  y los participantes del segundo no saltan esta barrera.
     En el caso vasco, la mayor parte de los nacionalistas,  que actúa de forma positiva en la que llaman la "construcción de Euskadi",   se compone con entusiastas colaboradores para el fomento del movimiento sabiniano, sin que medie aspiración alguna al ejercicio de poderes políticos.
     A ese movimiento nacionalista vasco le han marcado los campos de acción política preferente que, justo es reconocerlo, cultiva con todo esmero: el campo cultural, el social y el soberanista, sin  orden de prelación dentro de esta trinidad. El fin es el mismo: la independencia de Euskadi
     Sean tan amables como para imaginar que en el campo  de la cultura, -tan relacionado con el idioma autóctono y que abarca  desde los aficionados a las fiestas e iniciativas populares hasta los estudiosos de las artes, de la historia, de la investigación, etc.  es decir, a miles de personas- proporciona, por esta vía, entusiastas defensores del movimiento nacionalista vasco (campo cultural).
      Reconozcan que, por otro lado,  en un sector  tan relacionado con la economía y el trabajo, las iniciativas vascas tienen solera y su presencia en mundos extraños se hace notar por una personalidad bien asentada. Hoy la Vasconia laboral ofrece soluciones anticrisis, adelantadas a las previstas en el plano peninsular (campo social).
      La meta final se entiende como conclusiva y nos  ha de proporcionar la solución definitiva con la que dejar constituida la Nación- Estado de Euskadi (campo soberanista).
     Entiéndase: Una Nación (con mayúscula) no es nadie si no es soberana. Y una nación soberana no funciona si no está constituida como Estado.
    ¡Esta es la cosa! ¿Acaso España percibe la dimensión del problema que deriva de estos propósitos tan bien estructurados? Los partidos constitucionalistas no se dan por aludidos, a no ser que su ignorancia sea deliberada.
    ¡Todo es posible en España! Porque España existe. ¿O no?


   




   







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