sábado, 3 de diciembre de 2016

EVOLUCIÓN NEGATIVA A LA ESPAÑOLA

 
     Es uno de los objetivos señalado como indispensable para que una empresa prospere: hay que innovar. Dicho de otra forma y con referencia y aplicación a la política,  España ha de actualizarse; ha de evolucionar y esto supone adaptarse a las demandas justas y equitativas que plantea la sociedad, o sea nuestros congéneres; evolucionar sin prisa, pero sin pausas. La evolución en política es aconsejable siempre, sin  dar pie a que sea inevitable.
     A esto, a la evolución,  las izquierdas le llaman progreso. Pero no es lo mismo. Porque el "progreso",  en la práctica,  supuso destruir valores útiles para la sociedad; el progreso vino acompañado de muchos desafueros, destrucciones y muertes. La evolución positiva es otra cosa.
     A esa misma evolución, las derechas le llaman "prosperidad". Pero tampoco es lo mismo.  La prosperidad va unida al cierre en positivo de los balances mercantiles y  esto, sin control, -por la vía del abuso- lleva el sufrimiento a muchas familias; precisamente a las más débiles. Me llega el recuerdo de las ganancias especulativas de algunas multinacionales.
     Acaban de subir el salario mínimo interprofesional un ocho por ciento.Va a beneficiar, en teoría, a trabajadores mal remunerados. ¿Por cuánto tiempo? ¿A cuántos?. Va a perjudicar a cerca de tres millones de pequeños empresarios autónomos. ¿Por cuánto tiempo? ¿No se barrunta que pueden cerrar muchas de estas pequeñas empresas?
     Los políticos -salvo excepciones- son dados a utilizar  los golpes de efecto. Piensen. Al autónomo lo quieren ayudar y si le perdonan dos euros es con  publicidad notoria; pero  lo tienen con los pantalones caídos. ¡Supongan con qué fin! Un día le explicaré cómo, además de jugarse su hacienda si las cosas le salieran mal, al autónomo lo han convertido en recaudador de impuestos en favor de las arcas públicas, sin recibir nada a cambio.
    El paro se acabaría si en lugar de tener tres millones de autónomos, España doblara la cifra, hasta tener seis millones. Entonces harían falta más trabajadores por cuenta ajena. Y subirían los salarios por la ley de la oferta y la demanda.
    Son tan primarios que para ser elegidos piden primarias. Y tienen en sus manos la reforma de la enseñanza.
    ¡Echémonos a temblar!





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