martes, 27 de diciembre de 2016

BUSCAN UN BUEN PASTOR

           El cambio prometido por los jerifaltes de PODEMOS, rodeado de zarandajas y zancadillas, me retrotrae a otras luchas internas ventiladas sin piedad entre militantes de la izquierda española. Lo mas nefasto es  que todos ellos creían y creen que sus prácticas son  nobles, sinceras y constructivas.              Durante la guerra civil,  en la España de 1936, teníamos los mozalbetes de mi edad y del mismo centro escolar (en cuarto de bachiller),  un profesor de historia, cuyo nombre no hace al caso, que por noviembre de aquel año (cuatro meses de lucha incierta) puso sobre  el tapete un buen número de razones para prever que los ganadores de esa contienda serían las derechas,
           La razón básica, entre todas las que luego daría, la resumió en esta idea: Franco ha solidificado la jerarquía militar como única responsable para dirigir y ganar la guerra; ha echado a un lado a los partidos políticos y los ha puesto bajo control; los  ha reducido a cumplir cometidos secundarios.
           Su programa, o sus propósitos, se cumplieron con incidencias  varias, pero sin contemplaciones,  y con sobriedad económica.
           Les aseguro que el profesor no era franquista, ni lo fue a lo largo de su vida. Sus palabras no eran elogiosas para el ganador, sino críticas para sus rivales.
           No me negarán -remitiéndonos a nuestros días- que la izquierda española está dividida. Esto perjudica su credibilidad. El fenómeno obedece a una falta de madurez de sus líderes. Los más sensatos están sufriendo la torpeza ejecutiva de muchas de sus figuras que se autovaloran como genios de los que hacen época.
           La realidad es inmisericorde; no hay razones para confiar  la gestión de un país a personas que no saben mantener el equilibrio,  para evitar  que todo lo que importa y vale se nos desmorone.
           El invento de las izquierdas frente a las derechas (una forma de bipartidismo) se gestó durante la Revolución Francesa. La jerarquización existente, (Rey, Iglesia, Nobleza, Pueblo llano ) se derrumbaba y sustituía su verticalidad por una jerarquía igualitaria: libertad, igualdad, fraternidad.
En el fondo, se estaba instituyendo otra lista jerárquica vertical para colocar a los nuevos líderes de masas.
          Las revoluciones -con mayor o menor intrepidez y magnitud- se repiten. La izquierda española vive una pequeña revolución. Tanto el PSOE como PODEMOS son victimas del mismo fenómeno: andan queriendo componer una nueva jerarquía.  Dicho a la antigua, buscan un caudillo.
          Yo sé que no les gusta. Los cristianos, pacifistas, le llamaban el buen pastor.Pues bien: buscan un buen pastor.









  

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