jueves, 22 de septiembre de 2016

NACIÓN Y HERMANDAD.

     Según recoge Mauro Elizondo en su recopilación de textos sabinianos,  bajo el título "Sabino Arana, padre de las nacionalidades", al ser  requerido éste, por un juez,  para que "manifestase de modo claro y preciso si el Partido Nacionalista Vasco se propone como uno de sus fines y, acaso, el más principal, la independencia completa de Vizcaya o de las tres Provincias Vascas con un régimen constitucional único, que no sea el del Estado Español", responde: El fin verdadero, como último, es la cristianización del pueblo  vasco, es decir, ponerlo en condiciones de que fácilmente pueda servir a Dios y facilitarles esto mismo a todos sus miembros,  y que como medio legal para facilitar este fin, tiene el retorno al goce de todas las libertades de que antiguamente, hasta el segundo cuarto del siglo XIX, disfrutó, de suerte que si viese que este medio no es el más propicio para llegar a los fines indicados, lo dejaría para emprender otros caminos".
      Según Sabino de Arana, su propósito se ceñía a un  solo fin: llevar al cielo al mayor número posible de vascas y vascos.
     Al parecer, el PNV actual ha "modernizado" sus fines: sustituir la  cristianización del pueblo vasco para "emprender otros caminos", como instituir la Nación Euskadi,  independiente de España con la cual se "resignaría" a firmar un pacto bilateral entre iguales. Un rasgo de generosidad.
     En nombre de Cristo, Sabino de Arana dió un paso adelante con ingenio y agudeza sin abandonar sus  principios nacionalistas. Y salió bien librado de manos de la Justicia.
     Por el mismo método, -cortina densa de humo que impide la perspectiva,-  los sucesores de Sabino de Arana, basándose en las "leyes viejas" de la Vasconia peninsular,  es decir en la tradición foral, se lanzaron a luchar por la conquista del cielo que supone el Poder para unos pocos: esto es la independencia de Euskadi, valiéndose del esquema procesal de su adversario, el liberalismo  (división de poderes, sufragio universal, libertad, igualdad, democracia, laicismo, etc.),  implantado gracias a la Ilustración. Quieren culminar sus deseos de independencia para Euskadi, aunque  ahora sea desde la indiferencia religiosa.
     ¿A cuento de qué esta historia? Muy sencillo. A que por lo  menos unos pocos comprendan que las ideas antiguas como los muebles con historia hechos de noble madera, tienen valor pese a sus años, sobre todo si no se adulteran con adornos plásticos y otras faramallas.
     Quiero decir que el principal objetivo de los nacionalistas, es la Nación  y el poder que de  ésta dimana para unos pocos. Y el objetivo  principal de la "ley vieja", tambièn llamada "fuero", son las personas, y por ello persigue que reine entre ellas la hermandad.
     En virtud de la tradición foral,  Álava, Vizcaya y Guipúzcoa eran provincias hermanas. No eran una Nación,  ni aspiraban a serlo. Formaban, los tres territorios forales,  una Hermandad, que es algo más serio y políticamente más avanzado que ser nación.
     De paso, les haré una pregunta: ¿Por qué no plantean los nacionalistas vascos en Francia la misma demanda que preparan para España?
     A ver si nos entendemos: La Persona es más importante que la Nación.





   


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