miércoles, 14 de septiembre de 2016

EN MANOS DE ANALFABETOS

     En una charla sin importancia cometí el error de justificar un dato: ¿desde cuándo España es una nación?
     El vocablo nación tiene varias acepciones. Entre todas ellas, a la que aludía y me interesaba, estaba la referida a la nación española, proclamada como tal y definida en un acto político constitucional. Esto sucedía en 1812, 19 de marzo, en Cádiz. El artículo primero afirma: "La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios". Y en el tercero dispone  "que la soberanía reside esencialmente en el pueblo español..."
     Al fijar la fecha de esa proclamación no se niega la existencia de otros conceptos sobre los que fundamentar la nacionalidad española. Pero dar forma legal y reconocer la soberanía del pueblo español es un hito en la historia de España que no puede pasar desapercibido.
     De lo aprobado en Cadiz sólo quedan los territorios peninsulares, las islas adyacentes y las plazas de Ceuta y Melilla: es decir la España de Europa que no ha perdido la virtud de llamarse  así y se ha ganado el ingreso como tal en la Unión Europea.
     Pero  sin duda, el paso que se dió con el artículo segundo constitucional fue  radical. La soberanía en España se ejercía por el Rey, siguiendo una norma hereditaria.  Gracias a la Constitución de 1812, se rompe esta norma.  "La Nación española es libre e independiente y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona".
     En Cadiz estuvieron representaciones de todos los territorios españoles, también vascos y catalanes, extremo éste que raras veces se tiene en cuenta. De hecho la Constitución  de Cádiz solo
estuvo vigente por temporadas. Fernando VII a su regreso se encargó de desmontar lo acordado y recuperó todos sus poderes. De allí salieron dos bandos: los serviles y los liberales. Y anduvieron décadas peleando en vivo. Nunca se entendieron. El analfabetismo generalizado impermeabilizó  las dosis de tolerancia de aquellos españoles. Fueron capaces de organizarse para sostener varias guerras civiles.También tomaron partido y guerrearon  catalanes y vascos. Luego dirán que no son españoles.
     Se acabó el bipartidismo pero  España está dividida en dos bandos. Y no se entienden porque entre ellos sigue habiendo mucho analfabeto, aunque presuman de todo lo contrario. Analfabetos que imponen sus criterios. Las calles están entra onda.
     ¡Dios nos ampare, hermanos!





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