martes, 6 de septiembre de 2016

ESPAÑA DESIGUAL E INJUSTA

     Acabo de escuchar a través de una emisora televisiva vasca, que la derecha española no tiene una idea clara sobre el desarrollo político que desea para Vasconia a no ser que confunda un proyecto de vida con el hecho de poner de relieve los errores atribuibles a sus adversarios. ¡Triste destino!
      Como se trata de un tema al que vengo dando importancia desde hace años, quiero coincidir en el hecho expuesto, pero voy a explayarme:
      Empecemos porque pocos reconocen que en  tierras españolas, habitadas por españoles, no se viven idénticos problemas ni bajo iguales características ni en las mismas circunstancias. Y tampoco en Vasconia, que al fin y al cabo, en parte, sigue siendo España.
      Por ejemplo, la agricultura de Álava se diferencia o es distinta que las de Guipúzcoa y Vizcaya;  y no digamos cómo aumentan las distancias si comparamos las zonas marítimas del Cantábrico con las cuencas regadas en Álava por los afluentes del Ebro.
     No pueden ser iguales -y empleo una expresión de Sabino de Arana y Goiri fundador  del PNV- ni a tiros de cañón.
     Y sin embargo, todas gozan y sufren con el mismo Estatuto: unos más y otros menos. De paso, las Diputaciones Forales, auténticas instituciones del régimen foral de Álava, de Guipúzcoa y de Vizcaya,  no han sumado nuevas competencias a las que ya tenían desde tiempo inmemorial; no las han sumado desde que se aprobó el Estatuto de Guernica. Están por conseguir una mejora en su repertorio autonómico.
      En  ese sentido, pese a que la historia ha demostrado que las Diputaciones administraban muy bien -tanto entonces como ahora- y a menor coste, están soportando dos centralismos: el de Madrid y el de Lacua, donde tiene su sede el Gobierno Vasco. Administraban al céntimo, porque eran sobrias y no gastaban con la liberalidad de un Gobierno aspirante a que Euskadi sea un estado-nación. Este proyecto,  no lo duden, resulta ser muy caro.
     Visto esto que digo y otras cosas, de las que hablaré si me dejan y el  tiempo no lo impide, me llevarán a extenderme en las ventajas que derivan de un régimen foral actualizado, al alcance de alaveses, vizcaínos y guipuzcoanos de todas las clases sociales; al fin,esta realidad solo supone defender los auténticos derechos históricos de los territorios forales, tal y como se recoge  en la disposición adicional primera de la Constitución vigente.
     Unos derechos que  pueden basarse en los principios de proporcionalidad y subsidiariedad propios de un sistema democrático actual, justo, equitativo y deseable. Y cuando digo equitativo, hablo de la equidad íntimamente relacionada  con la justicia.
      Es decir, hablo de solidaridad para compensar a las autonomìas deficitarias en función de sus méritos. Lo justo y con las cuentas a cara vista.
     ¡Ya les diré!  Porque lo de España desigual e injusta tiene remedio si se empieza por convenir, antes que exigir, un plan de cuentas claras.  





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