Corre la voz de que el Secretario General del, PSOE, inefable Pedro Sánchez, quiere intentar, de nuevo, formar Gobierno con la ayuda de la militancia "podémica" y de algunos secesionistas catalanes y vascos. Está en su derecho y cualquier político con sensatez, se libraría muy mucho de meterse a enmendar tal entuerto. Perdiendo se aprende.
Como decía un viejo castellano, acogiéndose al refranero más clásico y olvidado, para casos así, "con probaduras y más probaduras, se le fue el virgo a la Juana". El papel de la pobre Juana lo está desempeñando España y políticos de cierta calaña -y no cito nombres- son los responsables de las calamidades que derivan de una virginidad perdida en malas condiciones.
Los hechos que corren recuerdan, en versión sainetesca, a la formación del Frente Popular donde el PSOE encabezó la marcha y de paso, sus amigos, le dieron para ir tirando. ¡Esperemos que, ahora, todo se resuelva en paz!
De esta hecha los partidos políticos, todos, -salvo alguna excepción regional- van a tener que tomarse en serio dos valores que no por antiguos dejan de ser democráticos: la honestidad, (consistente en ser honrado y parecerlo) y la eficiencia (cumplir las promesas dadas sin demoras).
Para servir a estos dos principios -de tan sencilla formulación- los partidos políticos tendrán que barrer las listas de su militancia, donde se han colado y colocado millares de robaperas y ganapanes, banco nutricio del bandidaje que les rodea, del que no aciertan a desprenderse.
Ahora, como la cigüeña del cuento, van a pagar los que menos culpa tienen: los electores.
Es de esperar que las generaciones actuales y las venideras, aprendan la lección, aunque muchos tengan sus dudas. Y también sus razones para dudar.
¡La carne siempre fue atractiva!
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